Barrio Colonial
La vida en los poco más de dos siglos en los que la ciudad fue colonia, discurría lenta y sin sobresaltos al sur de la plaza Mayor, en la parroquia de Catedral al sur, el primer barrio porteño, rebautizado Monserrat por la virgen del mismo nombre, o "barrio del tambor" por los tamboriles que tocaban los negros esclavos cuando bailaban el candombe durante los carnavales.
En la diminuta y chata Buenos Aires pasaban semanas sin llover, o llovía todos los días, fuera verano o invierno. O se secaba el foso alrededor del fuerte o se convertía en un lodazal la Plaza Mayor.
A las primeras calles, todavía sin nombres, se las conocía por el del vecino más característico de la cuadra; eran de barro, con desniveles y pozos, las lluvias las volvía intransitables por las profundas huellas que dejaban las grandes carretas tiradas por bueyes, entonces había que trasladarse en sillas de mano, portadas por los esclavos.
Ya por 1738 casi todas las calles dejan su anonimato y reciben nombres de santos, en 1774 se los escribe con pincel sobre los muros blancos, para ese entonces ya había una especie de vereda para la gente de a pie y una precaria iluminación con faroles de velas y velones hechos de sebo o grasa.
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